sábado, 4 de mayo de 2019

¿Te acuerdas de Santiago Idígoras?



- Su último año como txuriurdin vino acompañado del primer título de liga en la historia de la Real Sociedad, un equipo para el que jugó durante siete campañas en la máxima categoría española sumando un buen número de partidos en los que anotó 39 partidos.
Quiso darse un paseo por México para probar suerte en el  Puebla, donde no duraría mucho para regresar a la competición española, en la que seguiría jugando para el Valencia C.F. Su baja forma física le obligaría a pasar los dos últimos años de su carrera jugando para el Deportivo Alavés en Segunda B, abandonando la práctica del fútbol con 31 años.

Llegó a ser internacional con la selección española pese a que su experiencia no fue muy dilatada. Santiago Idígoras Bilbao jugó para el equipo nacional en una ocasión, en un partido celebrado en Dublín frente a Irlanda y en el que solamente jugó una parte. También jugó para la selección de Euskadi, para la que además dejó un gol.

- Acortado su nombre popularmente como "Santi", nació en el municipio guipuzcoano de Oñate el 24 de julio de 1953. Se le conocía también como el "Vikingo de Oñate", mote que debió salir de la afición del Cádiz por su aspecto nórdico, con sus cabellos rubios y ese mostacho tan prominente. Si lo comparamos con personajes ficticios, Idígoras podría haber representado al héroe galo Astérix en una película, y futbolísticamente se daba un aire a jugadores como el alemán Bernd Schuster o el danés John Lauridsen.
Pero éste era un vikingo vasco, muy del Norte. Se empleaba en cada jugada con bravura, con sus típicas galopadas por las bandas que tanto animaron los aficionados de la Real Sociedad. Idígoras jugaba como delantero o segundo delantero, así como en ocasiones de extremo. Todo esto se debe a que en su época como futbolista contó con la presencia de Jesús María Satrústegui, uno de los mejores delanteros que se han visto en el equipo donostiarra y que por entonces actuaba como la gran referencia de ataque del equipo guipuzcoano. Eso sí, gol demostró bastante y también era un gran asistente. Su carrera se inició, como no, en las categorías menores de la Real Sociedad, llegando a destacar en el equipo juvenil y en el filial hasta que llegó al primer equipo. A partir de entonces, nacía una nueva generación de futbolistas vascos que darían mucho que hablar en el fútbol español. Hombres como Luis Arkonada, Inaxio Kortabarria, López Ufarte, Jesús Mari Zamora o, el ya citado Satrústegui, hicieron historia en San Sebastián.

Con Andoni Elizondo de entrenador, Idígoras recibiría sus primeras oportunidades con el equipo de mayores a partir del curso 1974\75. El 15 de septiembre de 1974, Santi saldría como titular al césped de Balaídos para medirse al Celta de Vigo. En aquella segunda jornada del campeonato, el equipo gallego se impondría por 1-0 a la escuadra donostiarra.

Tras jugar un partido de la Copa de la UEFA ante el Baník Ostrava, el "Vikingo" contaría con más minutos a sus veintiún años a partir de entonces, haciéndose con la titularidad y sumando un total de 25 partidos en los que sumaría sus primeros tantos en la máxima categoría.
Su primer gol llegó el 23 de febrero de 1975, en un partido ante el Betis en el viejo campo de Atotxa, donde la Real se impondría por 2-0. También haría goles decisivos en la Copa, torneo en el que el equipo txuriurdin no pasaría de cuartos al caer contra el Athletic.

Su temporada más goleadora fue la 76\77, en la que el de Oñate hizo diez goles en 33 apariciones. Sin embargo se vio obligado a ocupar otras posiciones debido a la alta competencia en el equipo. Al banquillo txuriurdin llegaría Alberto Ormaetxea, quien en Idígoras hallaría un perfecto comodín al que amoldar en todos sus esquemas. Y así llegarían los logros.

No fue esperanzador el comienzo del equipo vasco en aquella campaña 1980\81 que acabaría con sorpresa mayúscula. Los de Ormaetxea empezaron con derrota ante el Valencia en el Luis Casanova (3-2), pero en pocas jornadas se irían asomando a los puestos de arriba.
Con Santi disfrutando de muchos minutos, el equipo se plantaría en la recta final del campeonato liguero con opciones de alzarse con el título. En Gijón, el equipo daría un importante paso para ganar la Liga gracias a un milagroso gol de Zamora que enloquecería a la afición donostiarra.

Aquella sería la última campaña de Idígoras como jugador de la Real Sociedad, celebrando el alirón blanquiazul cuando jugadores como José Mari Bakero o Peio Uralde ya iban perfilándose como titulares en los esquemas de Ormaetxea. Después de siete temporadas sonriendo en la élite, el Vikingo de Oñate" se marcharía de la Real Sociedad.

Se alejaría y mucho, ya que volaría hacia México para fichar por el Puebla en el verano de 1981. Aterrizó en una liga a la que ya iban asomándose algunas estrellas del fútbol español pero, lejos de cuajar un gran papel en tierras americanas, Idígoras pasaría desapercibido en su único año con el Puebla.

La experiencia de Idígoras en Primera se resume en 220 partidos en los que anotó 43 goles.

- Tenía 29 años y muchas ganas de demostrar que su carrera no había acabado, y por ello regresó a España para fichar por el Valencia C.F. Para el equipo de Mestalla jugaría solamente una temporada en la que tuvo tiempo a marcar cuatro goles en dieciséis partidos, quedando un total de 220 encuentros en los que llegó a marcar 43 goles en Primera División.

Y es que a partir de 1983 no volvería a jugar más entre los grandes, ya que en su último año de contrato, la disciplina valenciana cedería al jugador a un Alavés de Segunda B, con el que terminaría su carrera deportiva en 1985. Ya retirado como futbolista, Idígoras regentaría un famoso gimnasio de Donostia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario