- Hasta hace unos meses presidía a un Athletic para el que jugó toda su vida. No hubo otro club para él, desarrollando una extensa carrera de casi veinte años en la que disputó 401 partidos oficiales sin poder celebrar ningún título. Al menos pudo celebrar una Supercopa de España en sus ocho años de mandato de la entidad de Ibaigane, en el que generó todo tipo de controversias antes de ser sucedido por Aitor Elizegi.
Claro que pocos presidentes son eternamente venerados, es una posición difícil de defender. No como la que ocupaba a ras de verde, pues Josu Urrutia Tellería jugaba como pivote defensivo y fue uno de los futbolistas más destacados de los años noventa, un capitán al que nadie debe olvidar.
En los campos de juego era un tipo bregador, con la característica garra del típico jugador vasco, aguerrido, incansable y todo pundonor. Era de los que asumían la batuta en cada partido, un buen conductor de balón que de vez en cuando sorprendía con potentes disparos desde fuera del área. Es otro de esos escasos futbolistas con etiqueta de "One Club Man".
Josu nació en Bilbao (Bizkaia), el 10 de abril de 1968. Ingresó con seis años en la cantera del Athletic de Bilbao, dando el salto al equipo filial directo con tan solo dieciséis años, donde fue entrenado por José Ángel Iribar a mediados de los ochenta siendo valorado como una de las más firmes promesas.
Con el "Txopo" debutaría en Segunda División el 9 de septiembre de 1984, en un partido contra el Salamanca que acabó con victoria del Bilbao Athletic por 3-1. Habiendo salido como titular, Urrutia jugaría cerca de setenta minutos mostrando algunos detalles de su calidad.
Al año siguiente se ganaría la titularidad con Txetxu Rojo como encargado del filial bilbaíno. Durante dos años brillaría al lado de otras mimadas perlas de Lezama como Rafa Alkorta, Mendiguren, Garitano, Txirri y Joseba Aguirre entre otros. Pese a bajar a Segunda B con el equipo de los "Katxorros", Josu no tardaría en tener opciones con la primera plantilla.
Howard Kendall le daría la oportunidad de debutar en Primera División el 20 de marzo de 1988. Fue en un partido celebrado en San Mamés con el Sporting de Gijón de visitante. Urrutia saldría de inicio formando en la línea de medios junto a Luis Fernando, Lizarralde y Joseba Aguirre, en un disputado encuentro que finalizó con empate a uno entre vascos y asturianos.
A finales de los ochenta, Josu Urrutia seguía alternando apariciones entre el filial y el primer equipo, asentándose en la plantilla principal con Javier Clemente, quien en medio del curso 1990\91 sería sustituido en el cargo de entrenador por Iñaki Sáez.
El cambio de entrenador le vendría bien al joven mediocampista bilbaíno, que a lo largo de aquel curso acabaría disputando un total de veintiún partidos en los que registró dos goles. Fueron años de paso por la máxima categoría para una entidad rojiblanca que ya echaba de menos los primeros años de los ochenta, en los que con Clemente conquistaron varios títulos.
Urrutia jugaría aquellos años de paso liderando el centro del campo rojiblanco, con alguna buena temporada en la que el equipo se coló en competiciones europeas, aunque ningún año sería mejor que 1998, en el que el Athletic quedaría subcampeón de liga para poder disputar la Champions League.
Con Luis Fernández en el banquillo de San Mamés cambiarían muchas cosas. Sin embargo, Urrutia continuaría liderando un centro del campo en el que contó con la presencia de un gran Julen Guerrero y un refrescante Bittor Alkiza. Pese a perder a su fiel escudero Ander Garitano, Josu seguiría mostrando un buen nivel que poco a poco se iría apagando con la lógica de los años.
En el año de la Champions partió casi siempre de titular ejerciendo como un buen capitán, afrontando varios partidos de competición europea, en Copa y la Liga. Al año siguiente se mantendría en el mismo papel con Txetxu Rojo, aunque ya el físico no daba para mucho más.
Con el único equipo de su vida, Josu Urrutia participó en 348 partidos de Primera División e hizo 10 goles. |
- En la campaña 2003\04 estaría prácticamente inactivo, pues solamente tendría la posibilidad de jugar un partido, el último de su larga carrera representando fielmente al Athletic de Bilbao. Ese último partido sería de Copa, en un emparejamiento frente al Amurrio celebrado en tierras alavesas que acabó con victoria rojiblanca por 1-2. Aquel día corrió sus últimos kilómetros con la elástica rojiblanca.
Fueron casi treinta años en el seno del club de sus amores, con 401 partidos oficiales, 348 en Primera División. A partir de 2011 ejercería como presidente de la entidad bilbaína, acabando con su mandato a finales de 2018 siendo cuestionado por sus labores al cargo del club. Aún así, Urrutia siempre pensó en rojiblanco.
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