lunes, 15 de abril de 2019

¿Te acuerdas de Carmelo Cedrún?



- Otra de las leyendas de la portería rojiblanca, un magnífico guardameta que durante casi tres lustros defendió los intereses del Athletic Club de Bilbao. Cogió el testigo de Raimundo Pérez Lezama para que después sea José Ángel Iribar quien le suceda en el marco. La portería de La Catedral se sintió segura con las diferentes generaciones surgidas desde la presencia de Gregorio Blasco.

Como rojiblanco cumplió con 402 apariciones, siendo uno de los grandes porteros de la Liga Española que acabaría su carrera deportiva en la década de los sesenta jugando para el R.C.D. Espanyol, donde estuvo tres años manteniéndose en activo.
Posteriormente se dio a conocer como entrenador, haciéndose cargo de clubes como el Logroñés, Murcia, Cultural Leonesa, Barakaldo y Celta de Vigo. A los gallegos llegó a dirigirlos en Primera División, volviendo tres años después para buscar el retorno a la categoría. Para saber más sobre su cargo como entrenador, no duden en visitar Fame Celeste.

- Carmelo Cedrún Ochandátegui es el padre de Andoni Cedrún, otro mítico arquero de los años noventa del que también trataremos en Fútbol Vasco, faltaría más. También su hermano Serafín llegó a ocupar la portería como profesional, aunque no pasaría de jugar en Segunda con el Barakaldo. Como veis, la sangre de los Cedrún está muy unida a las redes de la portería.
Este cancerbero todo carácter nació el 6 de diciembre de 1930 en Amorebieta-Etxano (Bizkaia). Muchos no habrán olvidado sus increíbles estiradas, esas acrobáticas paradas con las que se lucía bajo palos. Era un meta de los de antes, un guardián seguro, serio y con mucha pillería. A las pruebas me remito, pues el propio Cedrún llegó a reconocer que en ocasiones portaba un alfiler escondido con el que pinchaba el balón para que los delanteros rivales errasen antes de un lanzamiento de penalti. También era un experto en poner nervioso al lanzador, y es que Carmelo era un tipo con mucho ingenio, un portero de los de antes, pues el fútbol de aquella época era otro cantar.

Llegó al Athletic en 1950 para hacer de recambio de Raimundo Lezama, con José Iraragorri de entrenador. También contaba con la competencia de Cayetano Gana, aunque éste no sería mucho obstáculo para el amorebietarra, que no tardaría mucho en contar con su primera aparición con el Athletic.

Su primer partido en Primera llegaría el 15 de abril de 1951, es decir, hace 68 años exactamente. Fue en un encuentro celebrado en San Mamés frente al Sevilla, en el que el conjunto vasco se impuso por un claro 3-0 al cuadro hispalense, que no pudo marcar en el marco defendido por Carmelo.
En aquella campaña 1950\51 tendría una aparición más ante el Barcelona en Les Corts, el resto sería cuestión de paciencia. No tuvo que tener tanta el llamado "muro de San Mamés", pues al año siguiente aprovecharía para hacerse con la titularidad al gozar de la confianza de Iraragorri.

A partir de entonces fueron muchos años manteniéndose como el dueño de la portería rojiblanca. Carmelo Cedrún disfrutaría de los últimos éxitos de una poderosa delantera en la que ya solo figuraban los nombres de Agustín Gaínza, Venancio, Panizo y Zarra, que aportarían su granito de arena para que el Athletic se hiciese con la Copa del Generalísimo en 1955.
Lezama vivía sus últimos años como león mientras la figura de un joven Cedrún brillaba desde sus veinte años. Manotazo va y manotazo viene, el amorebietarra tendría increíbles actuaciones como portero que asegurarían varias gestas de un equipo acostumbrado a levantar trofeos.

En el curso 1955\56 asegurarían el doblete al conquistar Copa y Liga, y ya sin el menor rastro de los componentes de la genial delantera conformada por los "Cinco Magníficos", un equipo dirigido por el ilustre Baltasar Albéniz sería capaz de reconquistar el torneo copero en 1958.

Cedrún vivió un cambio de generación importante, pero siempre se mantuvo efectivo en su portería. Ya no volvería a ganar más títulos, y es una pena que un portero de tan buenas condiciones no llegara a ser "Trofeo Zamora" en casi dos décadas ejerciendo bajo palos. En ese sentido mereció más.
Hasta 1963 se haría el dueño del marco de San Mamés. hasta que un joven y osado cancerbero quiso quitarle el puesto para convertirse en otra leyenda del arco bilbaíno. El "Txopo" Iríbar le acabaría arrebatando el puesto después de aguardar un año como suplente. Eso sí, le robó el sitio con admiración, pues todos idolatraban al gran Carmelo Cedrún.

Fueron catorce años conquistando defendiendo al equipo de su tierra, casi tres lustros celebrando títulos, la Copa Eva Duarte inclusive. Abandonaría su Athletic de Bilbao con 402 partidos entre todas las competiciones, 334 de ellos en Primera División, a los que hay que sumarles otros 82 con el Espanyol.

Tras catorce años jugando para el Athletic, Carmelo Cedrún pasaría de jugar en el Espanyol a hacerlo en los EE.UU.

- En Barcelona aguantaría tres años más jugando al fútbol, llegando al conjunto perico con el curso 63\64 ya iniciado. Allí fue entrenado por otro legendario futbolista como el húngaro Ladislao Kubala, siendo titular en el Espanyol hasta su último año como jugador blanquiazul.

Quiso mostrar sus cualidades en un país en pleno aprendizaje del balompié, en un país donde a este deporte se le llama "soccer". En los Estados Unidos, jugaría para el Baltimore Bays en la North American Soccer League, pues la Major League aún no existía. Ya en 1968 colgaría los guantes y regresaría al País Vasco, para poco después iniciar una dilatada carrera en los banquillos como entrenador.

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