- Por supuesto que no me voy a olvidar del quinto miembro de la mágica delantera del Athletic, el auténtico Rey de Copas, el jugador español que más veces ha conquistado el título copero y uno de los mejores atacantes que se han visto en la historia de la Liga Española.
Agustín Gainza Vicandi dedicó toda su vida al Athletic, con el que ganó siete Copas del Generalísimo, dos Ligas y la Copa Eva Duarte. En 380 partidos llegó a sumar 119 goles en la máxima categoría del fútbol español. Después, para coronar su exitosa carrera deportiva, emprendió una carrera como entrenador, llegando a hacerse cargo del Athletic entre 1965 y 1968.
Para la selección española hizo 10 goles, jugó 33 partidos y hasta llegó a capitanear al equipo, con el que además participó en la Copa del Mundo de Brasil 1950, en el que España quedaría en cuarto lugar. Acuña, Zarra, Basora, Molowny, Panizo, Gabriel Alonso, Puchades, Eizaguirre, Ramallets... Cuesta creer que aquel equipazo no llegase aún más lejos en el Mundial.
- De Basauri (Bizkaia), donde nació el 28 de mayo de 1922, su exitosa trayectoria deportiva se puede decir que empezó en el San Fausto, equipo con el que participó en un torneo organizado por el Athletic en aquellos tiempos de la posguerra con el fin de reconstruir un equipo mermado por las bajas. Gaínza brillaría en aquel torneo durante un partido frente al Urbi, y poco a poco, su hermano Miguel, quien ya jugara en el glorioso equipo bilbaíno, insistió para que su hermano siguiera sus pasos.
Miguel era consciente de la calidad de su hermano menor. Jugador velocísimo, imparable, de esos que desespera a los rivales correteando la banda a una velocidad de vértigo con poderosa zancada. Tenía buen disparo, preciso y colocado, y regateaba con la misma facilidad como el que respira. Gran goleador y perfecto asistente, el llamado "Piru" Gaínza jugaría sus primeros partidos de rojiblanco con el equipo reserva a finales de los cuarenta, aunque su debut con el equipo principal aún debería aguardar.
La marcha de Guillermo Gorostiza al Valencia C.F. facilitaría la estelar aparición de Agustín, ese chaval tan eléctrico que a base de esfuerzo se ganaría un puesto en San Mamés, aquel niño que estaba llamado a ser uno de los cinco vanguardistas rojiblancos con Zarra, Panizo, Iriondo y Venancio como fieles compañeros.
Su gran oportunidad llegaría con Juan José Urquizu como entrenador. El 13 de octubre de 1940, el antiguo campo de Bardín iba a ser testigo del debut de la gran flecha rojiblanca, ese imparable extremo izquierdo que en aquella revuelta tarde otoñal viviría una corta derrota por 1-0 ante el Hércules.
Gaínza siguió contando para el entrenador, y dos jornadas después le daría sus agradecimientos en forma de gol. En la quinta jornada del campeonato 1940\51, ante el Espanyol, el joven delantero vizcaíno abriría el marcador en Sarriá, aquel sería su primer gol en Primera. Por desgracia, un minuto después , Gonzalvo establecería el definitivo empate que dejaría sin premio a los de Urquizu.
En un mal comienzo liguero, Agustín disfrutaría de su primera victoria como león en San Mamés. imponiéndose al Real Oviedo en la vieja Catedral de San Mamés por 2-1. Después los resultados vendrían solos, con sendas victorias ante Celta, Murcia y Real Madrid. Los merengues perderían gracias a su solitario tanto que decidiría el encuentro para los vascos.
En su primer año como profesional registraría tres dianas, y eso que no acabaría la temporada por culpa de una grave lesión en el Metropolitano, partido frente al Atlético de Aviación que finalizaría con empate a uno. Al año siguiente más de lo mismo, pues las lesiones no le dieron tregua.
A partir de 1942 llegarían sus tiempos de gloria. En una de sus campañas más realizadoras (10 goles), el Athletic se haría con el doblete al término del ejercicio 1942\43. Aquellos cuatro magníficos -aún no estaba Venancio- dieron auténticas lecciones de fútbol que premiarían su esfuerzo con los títulos de Liga y Copa. Aquellas fueron las primeras gestas para el joven Gaínza.
Durante tres años siguieron siendo los dueños del torneo copero, título que repetirían en otras cuatro ocasiones para adornar el currículo personal del "Piru" Gaínza con siete ejemplares. Además del título liguero de 1943, trece años después se produciría un nuevo doblete.
Tampoco hay que olvidar el extinto torneo de la Copa Eva Duarte, la que antaño figuraba como una Supercopa nacional y de la que el Athletic guarda un galardón en sus enriquecidas vitrinas. El equipo rojiblanco conquistó dicho campeonato en la temporada 1950\51.
Pero ya que hablamos de Gaínza, hablemos de goles, cuyas primeras consonantes coinciden por casualidad. Hasta 119 tantos llegó a marcar el basauritarra con el Athletic, siendo su temporada más productiva la 1951\52, en la que registró once aciertos.
Además tiene el honor de ser el hombre más goleador en un partido oficial, llegando a registrar ocho tantos en un partido celebrado en San Mamés el 18 de mayo de 1947. Fue en un partido de Copa ante el Celta, en los cuartos de final. El conjunto vasco se impuso por un incontestable 12-1 ante el cuadro vigués para luego fallar en la final frente al Real Madrid (0-1).
Hasta siete Copas del Generalísimo y dos Ligas llegó a levantar Gaínza en sus diecinueve años como profesional. |
- Lamentablemente todo tiene un final, y el de Agustín Gaínza se halló en la campaña 1958\59, cuando ya alcanzaba los 36 años. Ese curso fue el último, en el que dedicó sus tres últimos goles a la afición de San Mamés, aquella que le vio levantar diez títulos en sus diecinueve años como profesional, en sus 494 partidos como colofón a su extensísima carrera.
Se retiró y se convirtió en entrenador. Dirigió al Athletic entre 1965 y 1968, y posteriormente siguió trabajando para el club como gran descubridor de talentos que le honrarían vistiendo la camiseta rojiblanca. El 6 de enero de 1995 fallecería de causa natural a los 72 años en aquella Basauri que le vio nacer.
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