- Maradona le amargó la celebración de la Copa del Rey del 84. Justo ayer recordábamos a Andoni Goikoetxea, uno de los protagonistas de aquel grave incidente copero que acabó con muchos heridos. Miguel Ángel Sola Elizalde sería uno de los grandes afectados de aquel día que, sin haber disputado un minuto de la final, recibiría un rodillazo en la mandíbula del crack argentino que le dejaría inconsciente casi una hora.
Fue jugador del Athletic justo en su etapa más dulce, en la que el equipo conquistó dos títulos de Liga, uno de Copa y la correspondiente Supercopa al lograr aquel doblete del curso 1983\84. Pero seguro que también le recordaréis como futbolista del Osasuna, con el que jugó en Primera siete años.
Hoy en día es entrenador, ya lo habréis visto en los banquillos. Miguel Sola nació en Pamplona (Navarra), el 29 de septiembre de 1957. Sí, es navarro, pero daría sus primeros pasos como futbolista trabajando en la cantera de Lezama, para después pasar a despuntar en el equipo juvenil rojiblanco.
Su progresión fue un visto y no visto. Este extremo atacante que podía jugar por ambas bandas o como volante, pasó de debutar con el filial del Athletic a competir en Tercera con el Arosa S.C., modesto equipo gallego del que retornaría a Euskadi para incorporarse cedido al Deportivo Alavés.
Conoció la Segunda División en 1980, siendo entrenado por Txutxi Aranguren, que le daría la oportunidad de jugar siete partidos en la categoría de plata antes de terminarse el curso 1979\80. Tras su corta experiencia como jugador babazorro, Sola se reincorporaría a la disciplina rojiblanca.
Pasaría directamente a formar parte de la primera plantilla del Athletic, la que entonces era dirigida por el austriaco Helmut Senekowitsch. Éste sería quien le haría debutar en la categoría máxima un 28 de septiembre de 1980, en un partido frente al Almería en tierras andaluzas. El atacante pamplonica tuvo unos minutos en un partido poco convincente que terminó con empate a uno.
Se ganó la titularidad en un partidazo frente al Valencia en San Mamés. Por medio de imparables fintas y un claro atino goleador, Sola sorprendió a toda la Catedral registrando dos tantos que servirían para ganar al conjunto ché por 4-0. Fue un partidazo del navarro.
Entonces continuó jugando como titular pese al cambio de entrenador, ya que Senekowitsch no acabaría el curso 1980\81 en Bilbao y sería suplido por Iñaki Sáez en el banquillo de San Mamés. Miguel Ángel cerraría su primera campaña con los mayores haciendo cuatro goles en 27 partidos.
Mucho mérito tendría Sola en el primer título de Liga de la "Era Clemente". El atacante disfrutó de 32 apariciones ligueras en las que hizo cuatro goles a lo largo del glorioso curso 82\83. Así como también dejó goles en competiciones europeas, el jugador puso su granito de arena para que el Athletic cantase el alirón al hacerse con la Liga.
Llegaron más títulos. El extremo pamplonica hizo cinco goles en el año del doblete rojiblanc, sumando apariciones también en partidos de la Liga de Campeones, así como en Copa, aunque en la final ante el Barça no tendría minutos. De recuerdo se llevaría aquella patada de Maradona.
La Supercopa sería su último logro colectivo, conquistada automáticamente gracias al doblete de aquella grandiosa temporada 83\84. Al año siguiente ya no contaría con tantos minutos, lo que le llevaría a abandonar la entidad de Ibaigane tras vivir sus mejores años como futbolista.
Tampoco hay que hacerle ascos a sus años como osasunista. Miguel Sola retornó a su ciudad natal para incorporarse a un Osasuna de Primera con Ivan Brzic de entrenador. Allí coincidiría con un buen equipo en el que se hallaban talentos del balompié como Rípodas, Biurrun, Enrique Martín o Carlos Purroy, con quien ya había coincidido en el Athletic de Bilbao.
Tanto con Brzic como con Pedro Mari Zabalza, el atacante pamplonica sumaría un buen número de partidos en la máxima categoría, así como unos cuantos goles más. En total se pueden contabilizar 316 apariciones y 42 tantos en su larga trayectoria en la alta competición.
Miguel Sola jugó cinco años para el Athletic, en los que el equipo conquistó dos títulos de Liga, una Copa y la Supercopa. |
- Siete temporadas permaneció en la entidad rojilla, con sus altibajos y toda clase de anécdotas que rodean al fútbol de aquella época. Sin la necesidad de ser el típico fino extremo que se adornaba con toques de lujo y otras filigranas, Miguel Ángel Sola demostró ser uno de los puntas más eficaces de Primera División, categoría en la que compitió durante toda una década.
En 1992 decide dejar el fútbol tras muchos años de gloria, gran parte de ella alcanzada en su etapa como jugador del Athletic. Sola no quiso alejarse del fútbol y continuó vinculado al mismo ejerciendo de entrenador, haciéndose cargo de equipos como el Real Unión, Osasuna y actualmente Calahorra.
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