jueves, 14 de febrero de 2019

¿Te acuerdas de Ángel Sertutxa?



- Hoy es San Valentín, el día de los enamorados. Y como yo soy un fiel confeso enamorado del fútbol, vamos con la historia más importante de Fútbol Vasco, el centésimo futbolista y por el que decidí crear esta página a comienzos de 2019. Nuestro personaje número 100 es Don Ángel Sertutxa Ereñozaga, otrora escrito como "Ángel Sertucha". Como enamorado celtista que soy, es un honor para mi referirme a este vecino de Mungia.

Tuve el honor de conocerle en mi puesto de trabajo, en una cafetería a la que nuestro protagonista suele acudir en ciertas ocasiones, al igual que su familia. Entró por la puerta y se hizo notar, simpático con los pequeños, educado y con una sonrisa tímida e inocente.
Pude notar que se trataba de un ex-futbolista cuando le vi dar toques al balón. En ese momento no tuve ni la menor duda, pues esos malabares solamente son propios de alguien que ha practicado el llamado "Deporte Rey". No tardaron en decirme que se trataba de Ángel Sertutxa, ex-jugador de equipos como el Athletic de Bilbao, Osasuna y Sabadell.

Sertutxa como jugador del Athletic de Bilbao.
- También me dijeron que sus maniobras futbolísticas podían ser aún más espectaculares. En una taberna de Mungia (Bizkaia) que lleva su mismo nombre, y de la que es dueño, Ángel demostraba su talento ante los más pequeños -y no tan pequeños- realizando todo tipo de malabares con una moneda, la cual posteriormente ubicaba entre sus sufridas cejas. Claro, también me contaron que a consecuencia de sus números, el bueno de Sertutxa ha tenido más de un disgusto, aunque todo queda en anécdotas teñidas de gran simpatía.
Y es que este zaguero tenía calidad, un talento innato para manejar el esférico, lo cual habla claro del fútbol que se practicaba en aquellos tiempos en los que no era tan fácil adquirir un balón. De hecho, un joven Sertutxa se crió en su caserío de Gatika pataleando nabos en su huerta. En esa localidad vizcaína cercana a Mungía nació el 27 de enero de 1931. Allí, cerca del Castillo de Butrón y en el seno de una numerosa familia que vivía humildemente, Ángel -apodado "Serrucho"- pasó los años de su infancia ayudando en las tareas domésticas y soñando con ser un gran futbolista. Tanto él como sus hermanos José Manuel y Secundino lo consiguieron. El primero llegaría a jugar para equipos como el Alavés y Deportivo de La Coruña, mientras que Secundino formaría parte del Baskonia en la década de los sesenta. También su sobrino Iker -hijo de José Manuel- llegó a intentarlo en el Fabril deportivista, pero no pasaría de jugar en Segunda B. Otros hermanos del de Gatika llegaron a intentarlo, aunque fuera en el balompié amateur.

Por su parte, Ángel empezaría a jugar para el equipo vecino de Mungia, con el que se dio a conocer sobre los terrenos de juego. Ahí nace la figura de Sertutxa, un duro defensa central que siempre actuaba con valentía e inteligencia, mostrando un buen dominio del balón que le ayudaría a llegar lejos en el complicado mundo del fútbol. De hecho, en 1954 consiguió que el Athletic de Bilbao se fijase en él.

Sertutxa acudía a cada entrenamiento viajando desde Gatika a Bilbao a pie... casi nada. Esto se repetía cada vez que iba a trabajar a la Calle Cristo en Bilbao, donde por cierto jugaría para el Unión del Cristo, también conocido como el "Acero de Bilbao". Antes no llegaba con jugar al fútbol, por eso Ángel se veía obligado a recorrer casi veinte kilómetros diarios para trabajar en un taller de soldadura.
Pero lo que a él le hacía ilusión era jugar en el Athletic, club que incluso a veces le llegó a arrebatar el sueño. Así me lo reconoció una de sus hijas. Ángel se despertaba en ocasiones porque su corazón latía con fuerza cada vez que tenía que afrontar una convocatoria. Así se vivía el fútbol por entonces.

El de Gatika también vistió la camiseta de Osasuna.
- Ingresó en un histórico equipo cuando más complicado parecía. Fue tras la dorada época en la que los Iriondo, Venancio, Gaínza, Panizo y Zarra habían dejado una profunda huella en el fútbol español. Él pudo compartir vestuario con algunos de ellos, incluso con otros destacados futbolistas como Félix Marcaida, Carmelo Cedrún y José María Maguregui.
Sin embargo no convenció al técnico checoslovaco Ferdinand Daučík, así que su estreno con el Athletic debió aguardar unos años, pues durante campaña y media jugaría cedido en el extinto Sestao Sport Club.
Con el conjunto de Las Llanas daría grandes lecciones de fútbol. Aquel temible joven zaguero competiría a gran nivel en la Segunda División, en la que llegaría a sumar 57 apariciones y además marcó su primer y único gol como sestaotarra para cerrar una goleada en contra frente al Zaragoza (5-2). En 1956 concluiría su préstamo con el equipo verdinegro.
Poco después llegaría su debut en Primera División. Sería como jugador de Osasuna, el 9 de septiembre de 1956. En el antiguo campo de Les Corts, un desconocido Sertutxa aparecería en la alineación titular compuesta por el gran Baltasar Albéniz. Frente a un ligeramente superior Barcelona, los navarros salieron derrotados por 2-0, aunque la imagen ofrecida por el de Gatika fue bastante admirable.
Así se dio a conocer en la máxima categoría, en la que durante el curso 56\57 hizo una treintena de apariciones antes de retornar a Bilbao. El propio Albéniz se lo quiso llevar al club de Ibaigane, en el que también coincidiría con Iraragorri, Cedrún, Koldo Aguirre y un Piru Gaínza que ya pensaba en la jubilación. Con aquel Athletic que se proclamó campeón de la Copa del Generalísimo en 1958, Ángel Sertutxa jugaría un total de trece partidos, haciendo su debut en el histórico San Mamés un 27 de octubre de 1957. Fue en un partido contra el Valencia como visitante, en el que los vascos vencieron por 3-2 con Sertutxa completando los noventa minutos de juego. Como jugador del club vizcaíno sería dueño de dos títulos de Copa pese a que en su primer año se hallaba cedido en el Sestao.

Al año siguiente barajaría la decisión de abandonar el fútbol. Tras una lesión por un choque fortuito con su compañero Cedrún, Ángel pasaría siete meses apartado de los terrenos de juego. Aquella maldita lesión le impediría sumar muchos más partidos como rojiblanco, pasando tres temporadas en las que solamente participaría en cinco partidos de Liga. Eso sí, no serían los últimos en Primera División, ya que tras desvincularse del club bilbaíno, volvería a pasar por Pamplona fugazmente para posteriormente fichar por el Béjar Industrial.

Fue en ese breve retorno al Osasuna cuando coincidió con su hermano José Manuel en el equipo. Tras su estancia en el club salmantino, Ángel ficharía por un Sabadell con aires de Primera que contó con sus servicios para colaborar en el ascenso del cuadro vallesano.

Ángel Sertutxa con su inseparable pañuelo en la frente.
- En el Sabadell se convirtió en una leyenda del fútbol catalán, siendo partícipe de la era dorada del equipo arlequinado con el que logró ascender a la división de oro española en 1965. Así renació su figura. En tierras catalanas resucitaría deportivamente Sertutxa, un defensor a la antigua usanza que lucía un pañuelo en su frente para proteger sus salientes cejas en cada jugada.
Volvió a disfrutar de la alta élite del fútbol español como arlequinado. En el Sabadell coincidió con un ex-compañero rojiblanco, Ignacio Izaola. Con éste compartió los daños de un terrible accidente de tren en la Estación de Alhama de Aragón. En mayo de 1966, la expedición catalana viajaba rumbo a Vigo para defender la promoción de Primera ante el Celta. El "Talgo" descarriló y varios componentes del equipo tuvieron que ingresar en un hospital de Madrid, entre ellos Ángel Sertutxa e Izaola. Ambos se perderían el partido de vuelta en el que los blanquiazules derrotaron al Celta para salvar su honra.
En aquel histórico Sabadell hizo buenas amistades. Una de las más destacadas fue la de Isidro Sánchez, cuñado de la artista Lola Flores y progenitor de Quique Sánchez Flores, otro destacado futbolista que actualmente ejerce de entrenador. Genio y figura en la Creu Alta, aquel vasco llamado "El defensa del pañuelo en la frente" se convertiría en un jugador respetado hasta por los futbolistas más sobresalientes de la época. Contaba el propio Sertutxa como el mismísimo Di Stéfano se quejaba de los duros marcajes del zaguero bilbaíno. También reconoció que los hombres de retaguardia no estaban exentos de sufrir patadas, y es que Ángel era un futbolista que sabía conducir el balón.

En sus cuatro años como arlequinado pasó sus últimos duelos en Primera División, categoría en la que llegó a sumar un total de 106 apariciones, con la lástima de no poder hacer un gol. Su único tanto lo registró en Segunda con el Sestao Sport para maquillar aquella goleada en el campo de Torrero.
Claro que no era fácil hacer goles en aquellos lejanos años. El estilo balompédico antiguo se basaba en el ataque, con delanteras de cinco hombres que asediaban el área rival con continuas jugadas. Eso no era problema para el valiente Sertutxa, un hombre de gran poderío físico al que nunca le temblaron las piernas.

Como caballero del balompié, Ángel quiso que su retirada coincidiera con la inauguración de la Creu Alta (1967). También fue testigo del  gran homenaje a Fred Pentland, un ex-jugador del Athletic que en años posteriores sería entrenador. Como podéis ver, Sertutxa se codeó con los mejores futbolistas, pues su talento también mereció tal tributo.

En 1967, Ángel Sertutxa sería homenajeado en la recién construida Creu Alta.

- Pasó cuatro años de ensueño jugando para el Sabadell en Primera, siendo aquel héroe del pañuelo en la frente, adorado por la afición de Cruz Alta, campo en el que dejaría de jugar para retirarse del fútbol en 1968. Como no, sería homenajeado por las directivas de Sabadell y Athletic de Bilbao, así como en esa amable localidad vizcaína llamada Mungia, donde un bar de su propiedad luce su nombre: "Sertutxa".

Por allí podréis ver a Ángel, ya casi nonagenario. Mientras se lo permite su memoria, el gran "Serrucho" le cuenta a la gente sus mil y una anécdotas balompédicas. Por cualquier rincón de Mungia se respira la historia de este gran defensor, de esos que ya no quedan, de los que viven el fútbol de forma apasionada, como ya hiciera años atrás.

El sábado 6 de abril de 2019 falleció Ángel Sertutxa Ereñozaga con 88 años de edad. Desde Fútbol Vasco mi más sentido pésame y acompañar en el dolor a su familia, amigos, admiradores y demás seres queridos. Fue un placer conocerte. Descansa en paz.




* Quisiera agradecer a la familia y amigos de Ángel Sertutxa toda colaboración para configurar su historia deportiva. Gracias también por las impresionantes fotos que sirven para homenajear a un caballero del balompié. ¡Eskerrik asko guztioi!. 

2 comentarios:

  1. Gracias por esas palabras a uno de mis grandes héroes de mi niñez, este niño arlequinado siempre lo tiene en su memoria (y en sus cromos) un abrazo fuerte para el y su familia

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