- Tal vez su vida deportiva haya ido a la sombra de la carrera deportiva de su padre, ya que Julio Roth fue un futbolista madrileño que en su día jugó como suplente de Alfredo Di Estéfano en el Real Madrid, lo que causó que se marchase a Vitoria en busca de nuevas experiencias con el Deportivo Alavés, equipo donde más tarde se iniciaría la trayectoria deportiva de su hijo: Alberto María Roth Azkarraga.
Nunca jugó en Primera, y ni siquiera encontró la oportunidad de jugar en Segunda durante su etapa como jugador del Éibar, lo que le llevó a jugar en la categoría de bronce con equipos como Lemona, Mirandés y Deportivo Alavés, donde ya había dado el salto profesional anteriormente.
Jugaba como defensa y vivió tres diferentes etapas como babazorro. Alberto Roth nació el 27 de mayo de 1967 en Vitoria-Gasteiz (Araba). Su historia comienza en en las filas del Aurrera de Vitoria, club afiliado del Alavés en el que nuestro protagonista entusiasmó a la directiva de Mendizorroza, por lo que en 1985 pasaría a pertenecer a la empresa vitoriana con dieciocho años.
Ya en la campaña 85\86, el joven zaguero con diecinueve años viviría el lamentable descenso administrativo del Alavés a causa de los impagos. Roth, que había pasado por todas las secciones del Aurrera, entrenaría a las órdenes de Nando Yosu, siendo interrumpido sus primeros pasos por el cumplimiento obligatorio del Servicio Militar.
Habiendo conseguido el ascenso a Segunda B en Elgoibar, la Federación actuaría en consecuencia con el incumplimiento de los pagos de la entidad alavesa, lo que supuso ese descenso automático a Tercera. Para competir en dicha categoría, el Alavés tendría que completar un equipo de jóvenes y desconocidos futbolistas entre los que se hallaban los nombres de Roth y Eduardo Estíbariz.
El equipo no conseguiría el ascenso durante aquella campaña 86\87, y algunos valiosos futbolistas recibirían buenas ofertas para abandonar Vitoria. Roth fue uno de ellos, que en el verano de 1987 sería llamado por el Espanyol cuando aún se hallaba cumpliendo la "Mili".
Pasó a jugar para el Hospitalet en Segunda B, división en la que se estrenó el 20 de diciembre de 1987, en un partido frente al Júpiter que acabó con empate a cero. Con Juanjo Díaz participaría en poco más de una quincena de partidos, lo que supondría su salida del club catalán para retornar a tierras vascas y así fichar por el Éibar en 1988.
No jugaría ningún partido para el conjunto armero, que durante la temporada 88\89 cedería al jugador al Lemona. Por ende, el zaguero vitoriano se quedaría con las ganas de debutar en Segunda División, lo que hubiera significado un salto importante en su carrera deportiva.
En el equipo rojinegro se sentiría algo más importante, llegando a marcar incluso su primer tanto en la categoría de bronce el 12 de marzo de 1989, en un choque ante la Ponferradina como locales. Gracias a su tanto, la escuadra vizcaína se impondría al cuadro leonés por 2-1.
Aún con veintitrés años retornaría al Éibar, aunque finalmente sería para desvincularse del club de Ipurúa y así fichar por otro equipo de Segunda B. Esta vez, Alberto se trasladaría a la zona burgalesa para fichar por el C.D. Mirandés, donde coincidiría con el portero gasteiztarra Roberto Olabe.
Su estreno con el Mirandés no sería el deseado. Aquel 25 de noviembre de 1990, Roth tendría la mala fortuna de ceder el gol de la victoria del Racing de Santander en su visita al Anduva. Una mala cesión al meta Olave propiciaría que Esteban Torre adelantase a lo suyos en el marcador, gol suficiente para llevarse la victoria del campo de Ebro.
En el Mirandés solamente estuvo dos años. Vivió el amargo descenso de categoría jugando diecinueve partidos en Segunda B y, ya en Tercera, jugaría durante el ejercicio 1991\92, abandonando la entidad castellana para reincorporarse al Deportivo Alavés cinco años después.
Con la entidad alavesa jugaría un año más en la categoría de bronce hasta que dejó el equipo en 1993, habiendo disputado trece partidos en los que marcó su último gol para el equipo de su ciudad. Fue en un choque ante el Andorra que acabaría con empate a uno.
Con el Deportivo Alavés, Alberto Roth logró un ascenso a Segunda B en 1986 que después le fue negado. |
- A sus 26 años, a Roth no le faltarían ofertas para seguir jugando al fútbol. Las propuestas de equipos como el Gandía o el Levante supondrían un punto de inflexión en su carrera, pues antes de aceptar la oferta del club levantino surgiría la figura de su padre. Como buen ex-futbolista, Julio le aconsejó a su hijo que orientase su vida laboral por otros caminos, ya que daba por hecho que Alberto ya había hecho todo lo que tenía que hacer como futbolista.
Se preparó para trabajar como director comercial en el mundo de la enología. Tampoco se apartaría por completo del fútbol, pues durante un tiempo volvería a jugar para el Aurrera de Vitoria mientras daba sus primeros pasos en el sector del vino. Ya retirado, Alberto Roth se especializó en el padel, deporte que practica mientras sigue trabajando en el camino que sabiamente eligió.
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