¿Te acuerdas de Eduardo Estibariz?

- Terminó su carrera donde la empezó, en las filas del Aurrera de Vitoria. Todos los de su generación le conocemos por extensa etapa como jugador del Athletic, procedente del Deportivo Alavés, y por haber reaparecido en Primera División con el Rayo Vallecano.

No era un jugador del fútbol preciosista. Eduardo Estibariz Ruiz de Eguilaz era un eficiente lateral derecho que no solía arriesgar mucho en ataque, por ello solamente celebraría tres goles en la máxima categoría. Sin llegar a ser un crack del fútbol español, este injustamente defensor caído en el olvido, llegó a participar en 148 partidos en la conocida "Liga de las Estrellas".

Estibariz nació en Vitoria-Gasteiz (Araba), el 27 de mayo de 1966. A mediados de la década de los ochenta se dio a conocer jugando para el Aurrera, del que saldría para recalar en las filas del Deportivo Alavés, que por entonces se hallaba en Segunda B.
Debutó en la categoría de bronce con Nando Yosu en el banquillo, en una plantilla cargada de jóvenes promesas del fútbol vasco como Jon Kortajarena, Carlos Martínez, Iñaki Vergara o Urrecho entre otros. Su etapa como alavesista no duraría mucho, ya que con el descenso administrativo de la campaña 1985\86 acabaría desvinculándose de la entidad babazorra.

Se trasladó a Vizcaya para fichar por el extinto Sestao Sport Club, donde no tardaría en destacar. Con Javier Irureta de entrenador, el zaguero gasteiztarra jugaría sus primeros partidos en la categoría de plata española, y ya con Blas Ziarreta, confirmaría su gran estado de forma haciendo dos goles en diecinueve partidos de liga. Eso haría que no cumpliese el curso 88\89 en Las Llanas.

En el mercado invernal de aquella fantástica temporada, Eduardo se incorporaría a la disciplina del Athletic preparado para debutar en Primera. Fue un gran salto en su carrera, poniéndose a las órdenes de Howard Kendall, quien le confiaría la titularidad desde el principio.
Así pues, el joven alavés aparecería como titular en el viejo campo de San Mamés el 11 de febrero de 1989. Fue en un enfrentamiento liguero ante el Atlético de Madrid de Colin Addison, que aquel día no se llevaría los tres puntos de "La Catedral". Estibariz cumplió exitosamente en una zaga compuesta por él mismo, Alkorta, Lakabeg, Andrinúa y Patxi Salinas. El partido concluyó con empate a uno.

Parecía que al de Gasteiz le esperaban buenos años como futbolista, figurando como titular en un Athletic que cada año sorprendía con nuevas perlas de Lezama como Julen Guerrero, Juanjo Valencia, Larrazabal o Josu Urrutia. No obstante, su papel como rojiblanco fue totalmente secundario.

En sus apenas nueve años como león, Eduardo Estibariz anotó dos goles en la máxima categoría uno para conceder una victoria en La Rosaleda ante el Málaga (1990) y otro tres años después para colaborar en otro triunfo rojiblanco ante el Espanyol por 2-0 en San Mamés.
Íñigo Larrainzar le privaría de sumar más apariciones con el Athletic, siendo utilizado a cuentagotas por Luis Fernández durante una dulce etapa para la afición bilbaína. Una vez finalizada la temporada 1996\97, el club de Ibaigane escucharía ofertas para dejar marchar al lateral vitoriano.

Llegó a Vallecas para fichar por un Rayo con aires de Primera. El primer año sería de paso en la categoría de plata, con un Estibariz que participaría en 26 partidos de liga a sus 31 años de edad. Esa veteranía le vendría muy bien al equipo vallecano, que con Juande Ramos como entrenador se prepararía para el asalto a la máxima categoría.

Estibariz en una formación del Athletic de Bilbao durante la campaña 92\93 (segundo de pie por la izquierda).

- Su colaboración fue vital para que el Rayo subiese a Primera. Estibariz fue una herramienta muy útil para retornar a esa categoría en la que acabaría cumpliendo cerca de 150 partidos. Marcaría un último gol en la misma, casualmente ante el Athletic de Bilbao el 28 de noviembre de 1999. Aún así, la escuadra vasca se llevaría los puntos de Vallecas al vencer por 1-2.

Finalizado el ejercicio 1999\00, Eduardo Estibariz abandonaría la entidad madrileña para aterrizar de nuevo en su Vitoria natal. Allí jugaría para retirarse en el Aurrera, club en el que otrora se habían forjado sus inicios. Posteriormente trabajó como coordinador de la cantera de Lezama.