domingo, 3 de febrero de 2019

¿Te acuerdas de Jacinto Quincoces?



- De la familia Quincoces salieron grandes deportistas. No hace mucho os hablé de Juan Carlos Quincoces, su sobrino, quien a su vez era primo de Juan Fernández de Quincoces, el hijo de Juan Fernández de Quincoces López de Arbina. Éste último era el hermano mayor de Jacinto Francisco Fernández de Quincoces López de Arbina, sobre quien toca hablar hoy.

Una vez aclarado este lío de nombres y apellidos, podemos centrarnos en la historia de este mítico defensor que se crió en Vizcaya y acabó siendo el líder de la zaga del Real Madrid, considerado como uno de los mejores defensas de su lejana época.
También destacó en su papel internacional, pues Jacinto tuvo el honor de competir con la selección española en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam 1928 y en la Copa del Mundo de Italia 1934. En total, el legendario defensor vasco cumplió una carrera internacional de ocho años con 25 partidos. Además de jugador, Quincoces tuvo una extensa carrera como entrenador.

Ciriaco Errasti y Jacinto Quincoces.
- Nació el 17 de julio de 1905 en la localidad vizcaína de Barakaldo. En la margen izquierda comenzó a dar sus primeras patadas al balón. El Desierto Barakaldo fue uno de sus primeros equipos, así como el San Antonio, Giralda y Barakaldo. En este último equipo permaneció hasta que su familia decidió instalarse en Vitoria-Gasteiz, donde el baracaldés siguió jugando al fútbol con el Deportivo Alavés.
¿Cómo era Quincoces?. Ante todo decir que era considerado un caballero en los terrenos de juego, un jugador noble y respetado. Era duro, como una roca. Tenía muy buena colocación y se empleaba con garra en cada jugada. A veces se le veía jugar con un pañuelo en la cabeza, atuendo muy típico entre los jugadores de su época, especialmente en los hombres de retaguardia.
En el Alavés coincidiría con su hermano Juan y con Ciriaco Errasti, otro excelente defensor con el que formaba una impenetrable pareja de centrales. En sus primeros pasos como babazorro dejó muestras de su maestría como defensor. Gracias a la seguridad defensiva y a un juego ciertamente brillante, el Deportivo Alavés subiría a Primera tras concluir la campaña 1929\30. Con hombres como Baltasar Albéniz, Beristain, Urquiri, Manuel Olivares y el propio Ciriaco, Jacinto logró ser una estrella destacada de aquella época, todo un atleta que se ganaría una gran fama como futbolista.

Con el equipo vitoriano conocería la Primera División española, que por entonces apenas tenía un lustro de vida. El 7 de diciembre de 1930 tendría lugar su debut en el extinto campo de Atotxa. Fue en un derbi ante la Real Sociedad, un disputadísimo duelo que finalizó con empate a dos. Ya con cartel internacional, Quincoces seguiría sumando apariciones con Francisco Baonza, quien le concedió la titularidad durante toda la campaña 1930\31. Al término de la misma, el pundonoroso zaguero vizcaíno sumaría dieciocho apariciones, las primeras en la máxima categoría española.

En el verano de 1931, Quincoces sería fichado por el Real Madrid. A razón de 2.500 pesetas por prima de fichaje y un sueldo de 1.000 pesetas, el gasteiztarra viajaría a la capital junto con sus compañeros Olivares y Ciriaco Errasti. Por estos últimos, el Alavés recibiría 65.000 pesetas.

A la gran pareja defensiva formada por Jacinto y Ciriaco, hay que añadir la presencia de uno de los mejores porteros del fútbol español, el catalán Ricardo Zamora. Unidos formaban una retaguardia perfecta, la cual daría sus primeros frutos al conquistar el campeonato de Liga 1931\32.
El Madrid no había perdido ningún partido en todo el torneo, lo que sirvió para superar al Athletic de Bilbao en la tabla clasificatoria. En su primer año como madridista, el zaguero bilbaíno llegó a disputar diecisiete partidos, manteniéndose en la titularidad durante los siguientes años.

El equipo capitalino revalidó el título liguero al año siguiente, figurando una vez más como el equipo menos goleado del campeonato con diecisiete goles en contra. Gran parte de mérito tuvo Jacinto Quincoces, quien ya se había ganado al público de Chamartín desde sus primeras apariciones con la camiseta blanca.

Posteriormente llegaría el título de Copa, en la temporada 1933\34. Los madridistas sorprendieron en la final a un peligroso Valencia que vio como su rival se alzaría con la entonces denominada Copa del Presidente de la República de Fútbol. Un gol de Hilario y otro de Lazcano contrarrestarían el tanto del valencianista Vilanova.
La siguiente Copa, y último título para Quincoces como jugador blanco, llegaría antes del estallido de la Guerra Civil, en 1936. Esta vez, el rival sería el F.C. Barcelona, que sucumbiría ante su archienemigo por 2-1. Para el baracaldés ya no habría más títulos.

En ocasiones Jacinto Quincoces lucía un pañuelo en la cabeza, algo muy característico de los defensas de aquella época.

- La guerra interrumpió todas las competiciones y Jacinto volvería a su casa para cumplir con su misión de trasladar heridos en ambulancia en el frente del norte con el ejército nacional. Entonces aprovechó para volver a vestir los colores del Alavés, con el que disputó algunos partidos amistosos para mantener la forma. Concluido el conflicto bélico, el jugador se reincorporaría al Real Madrid.

Estuvo en activo tres años más, tomando la decisión de retirarse en 1942.  Posteriormente se inició como entrenador, llegando a dirigir equipos como Zaragoza, Real Madrid, Atlético y Valencia. También llegó a encargarse de la selección nacional en 1945. Además, Jacinto Quincoces tuvo apariciones cinematográficas. Falleció el 10 de mayo de 1997 en Valencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario