miércoles, 17 de abril de 2019

¿Te acuerdas de Pablo Recalde?



- Acostumbrado a vivir ascensos y descensos a lo largo de su carrera deportiva, nuestro siguiente personaje jugó muchos años para el Club Atlético Osasuna, pasando posteriormente al Pontevedra del "Hai que roelo", con el que vivió los inicios de su época más brillante en el fútbol español.
Su última apuesta seria fue jugar para el C.F. Badalona, poco antes de que decidiese dejar el fútbol siendo recordado como uno de los mejores capitanes que tuvo el Osasuna en aquella lejana década de los años cincuenta y sesenta, en los que este centrocampista ganó su mejor fama como jugador de fútbol.

Pablo Recalde Berastegui participó en un total de 223 partidos en competición, 130 de ellos en Primera División y la mayoría como jugador rojillo. Su experiencia como tal se inicia desde muy joven, dando el salto al primer equipo a mediados de los cincuenta, con Tomás Arnanz de entrenador.

Nació el 10 de marzo de 1936 en Pamplona (Navarra). Jugaba como centrocampista ofensivo y en los inicios de su participación en la máxima categoría demostró tener mucho gol, llegando a marcar un total de 37 goles en su carrera profesional, además de lograr muchas asistencias.
Debutó en Segunda División un 7 de noviembre de 1954, en un partido disputado en el campo de San Juan frente al Caudal Deportivo. El conjunto de Mieres no pondría las cosas fáciles, llegando a ponerse por delante en el marcador cuando quedaba poco más de veinte minutos para acabar el partido. Un gol del osasunista Mariano empataría la disputada contienda entre navarros y astures (3-3).

El primer gol de Recalde como rojillo lo hizo frente al Zaragoza, aunque solamente valdría para maquillar una derrota por 2-1 en el campo de Torrero. A sus dieciocho años, el joven mediocampista cerraría la temporada 1954\55 con trece partidos y cuatro goles.

Baltasar Albéniz, quien había sucedido en el cargo de entrenador a Arnanz en la pasada campaña, sería quien le daría galones a la nueva revelación osasunista. Con el técnico guipuzcoano, Pablo asumió la titularidad en su segundo año con el primer equipo, llegando a sumar bastantes partidos en una temporada 55\56 que acabaría con el festejo del ascenso a Primera.
También dejó muy buenas impresiones en la competición de Copa, en la que el equipo cayó eliminado en cuartos ante vencedor del torneo, el poderoso Athletic de Bilbao de Ferdinand Daučík. Recalde concluiría la campaña con unos registros de ocho goles en 28 partidos.

Habiendo sido uno de los principales héroes de aquel ascenso, Pablo debutaría en la máxima categoría aún con Albéniz en el banquillo. Fue en la primera jornada del campeonato (9-9-1956), en un partido frente al Barça que terminó con derrota por 2-0 en el campo de Les Corts.

Aparte de conseguir la permanencia con el equipo de su ciudad, Recalde dejó muy buenas sensaciones en su debut en Primera, compitiendo tres años más en la división de oro española y aumentando sus registros como goleador, ya que en sus dos siguientes temporadas realizaría siete dianas por temporada pese a la marcha de Baltasar Albéniz, su gran valedor.

Recalde contó en esos años con varios entrenadores que confiaron en su talento: Barinaga, Iñaki Eizaguirre, Salvatierra, Miguel Gual... Los tres últimos no supieron enderezar el rumbo del Osasuna en Primera División, descendiendo de categoría al término de la temporada 1959\60.
Gual seguiría en el banquillo de cara al siguiente ejercicio, planificando un rápido retorno a Primera con Pablo asediado por las lesiones, por lo que no podría intervenir en muchos partidos. Habiendo ejercido en ocasiones como capitán, el mediocampista pamplonica abandonaría la entidad navarra en 1962, cuando ya había perdido todo protagonismo en el equipo.

Los jugadores del Osasuna celebran el ascenso a Primera División en 1961, en el penúltimo año de Recalde.

- Ahí no se acabaría su experiencia en la alta competición, ya que Pablo Recalde ficharía por aquel sorprendente Pontevedra en el que gozaría de la confianza de Rafa Yunta para ayudar al equipo gallego en su histórico ascenso a la división de oro. Fue el nacimiento de aquella famosa escuadra granate que vivía sus inicios del "Hai que roelo", un equipo que hizo mucho ruido en la liga de los grandes.

Con el conjunto del Pasarón, Recalde vivió dos ascensos y un descenso, abandonando la entidad pontevedresa para recalar en el Badalona en 1965. Con este equipo competiría por vez última en la categoría de plata, dejando en ella su último gol anotado ante el Langreo.

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