- Nos acostumbramos a ver al Girondins de Burdeos compitiendo a gran nivel en competiciones europeas en los comienzos del nuevo milenio. Mientras Sylvain Franco se formaba en las categorías menores del club marino, el equipo profesional iba compitiendo en la Liga de Campeones, competición en la que no pudo concursar este delantero vasco-francés.
Franco nació en Bayona (Iparralde), el 21 de febrero de 1983. Recuerdo haberle visto jugar unos minutos en la Copa de la UEFA, en un partido frente al Valencia de Rafa Benitez. Era un delantero rápido, fino, de pierna diestra. En algunos medios también figuraba como extremo, aunque sus funciones eran más bien las de cumplir en punta, como nueve.
No pudo demostrar mucho gol a lo largo de su carrera, y parece que ésta tampoco fue muy larga. Es curioso que llegó a participar en un partido internacional con la "Tricolor", justo cuando se hallaba en el momento cumbre de su carrera deportiva. Eso sí, siempre figuró como un jugador de banquillo.
En su Bayona natal comenzó a jugar al fútbol antes de ingresar en la cantera del Girondins de Burdeos. Allí coincidiría con Marouane Chamakh, con el que disputó el Campeonato Nacional Sub-17 de 2001, en el que los jóvenes marinos cayeron en la final contra el Metz (2-1).
Logró subir a la plantilla del filial en 2002, con el que tuvo muy buenas actuaciones y dejó varios goles. Aquel era su momento de máximo fulgor, siendo descubierto por Élie Baup, quien por entonces ejercía como entrenador de la primera plantilla del Girondins.
El de Bayona aparecería en sus primeros entrenamientos junto a destacados futbolistas como Albert Celades, Planus, Jurietti, un joven Matthieu Valverde y el ya citado Chamakh. Con aquella gran plantilla se prepararía para debutar en la élite del fútbol francés, cuando Baup le hizo entrar en sus primeras convocatorias.
El 17 de enero de 2004 aparecería en el banquillo del conjunto atlántico, en un partido con el Guingamp como visitante. Mejor no pudo ser su debut en la Ligue 1, pues unos minutos después de ingresar en el campo, Sylvain anotaría el gol de la sentencia para el Girondins, que aquel día vencería a sus rivales por 2-0. Aquel sería su único gol en la máxima categoría francesa.
Lo cierto es que no tuvo todas las oportunidades que realmente mereció. La gran competencia en ataque le privó de muchos minutos durante aquel ejercicio 2003\04. La llegada al banquillo de Michel Pavon le benefició bastante, pues fue quien decidió apostar por él. De hecho, el nuevo técnico le permitió jugar como titular en otra victoria contra el Nantes (2-0).
El joven delantero no tendría muchas más oportunidades en su único año compitiendo a gran nivel. Dentro de aquel competitivo equipo de Burdeos, Franco solamente pudo participar en diez partidos de la Ligue 1, algún que otro amistoso y un partido de la Copa de la UEFA.
Participó en aquel encuentro europeo frente al Valencia en Mestalla, en el que el vasco-francés tuvo algo menos de media hora saliendo del banquillo para sustituir a su compañero Feindouno. La escuadra española acabaría imponiéndose por 2-1 ante los marinos.
Al año siguiente, con Pavon aún en el banquillo, Sylvain se quedaría sin sitio en la plantilla, razón por la que el Girondins escucharía ofertas por el jugador. Finalmente se marcharía cedido al Pau F.C., un modesto club muy cercano a la frontera vasca en el que solamente estaría una temporada.
A lo largo del curso 2004\05, Franco participaría en siete partidos de la National, en la que además hizo dos goles. Las lesiones le impidieron jugar activamente, retornando a su club de origen incluso antes de acabarse la temporada. Una vez en Burdeos, el delantero quedaría desvinculado de la entidad atlántica. A partir de entonces comienza el declive de su carrera profesional.
Sylvain Franco durante un partido de la Copa de la UEFA frente al Valencia, en Mestalla. |
- Aquellas continuas lesiones le impidieron crecer como futbolista cuando Sylvain Franco había conseguido debutar como internacional. Acudió a un partido amistoso con la selección francesa, disputado en Tilburg el 30 de marzo de 2004, ante Holanda. Su préstamo al Pau no le vino nada bien, y menos aún fichar por un equipo de División de Honor como el SA Mérignac.
En las afueras de Burdeos no pudo demostrar mucho más, rozando ya el final de su carrera deportiva, la cual había empezado de forma brillante para estancarse en apenas un año. Quizás probar suerte en España le hubiera venido bien, pero se sabe que solamente seguiría jugando al fútbol en plan amateur.
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