lunes, 25 de febrero de 2019

¿Te acuerdas de Enrique Yarza?



- Le llamaban "Chicharri", es uno de los muchos mitos del fútbol vasco, de los que pueden presumir de haber ganado títulos. Pero Enrique Yarza Soraluce nunca jugó para ningún equipo vasco, o al menos que sea oficial. Desarrolló toda su carrera en tierras aragonesas, representando a un Real Zaragoza con el que conquistó una Copa de Ferias y dos Copas del Generalísimo.

Los medios de la época reflejaban sus buenas actuaciones bajo palos. Tenía fallos, pero como cualquier otro guardameta. Era un portero de estatura media, con buen juego de pies y unas manos prodigiosas. Entre otras cosas, era un gran atleta.
Enrique nació en San Sebastián (Guipúzcoa), el 21 de octubre de 1930. Viviría en la Bella Easo hasta que sus estudios le obligaron a partir a Zaragoza para ingresar en la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad, de donde pasaría al Colegio mayor Pedro Cerbuna. Allí tendría sus primeros contactos con el deporte rey.

- Decían que no tenía interés especial por dedicarse al fútbol, pero durante sus ratos libres jugaba en el equipo universitario demostrando ser un rapidísimo extremo izquierdo. Entre partido y partido, surgieron muchos clubes regionales interesados en hacerse con sus servicios, y de ahí surgiría el Club Deportivo Celta de Zaragoza. Sí, de Zaragoza, no de Vigo. Con sus servicios ayudó a que el equipo alcanzase el ascenso a Tercera División, siendo interrumpida su progresión por el Servicio Militar obligatorio. Yarza dejaría aquel Celta maño para viajar a Tarragona, donde fue destinado y cumplió como alférez. Eso no impediría que aquel responsable muchacho de carácter serio continuara con sus estudios de Química, pues su intención juvenil era terminar trabajando en un laboratorio.
Concluidas sus obligaciones con el estado, el meta vasco contaba con ofertas para jugar en clubes profesionales, y es que durante su estancia en la "mili" siguió dando mucho que hablar en los campos de juego. Por las continuas demoras, Enrique acabaría desestimando una oferta del Arenas para fichar por el Fuenclara, de donde pasaría a formar filas en el Real Zaragoza en lugar del Arenas, equipo afiliado del Valladolid que hubiera servido de puente para que el joven portero terminase en Pucela. Convencido por un directivo zaragocista, Yarza se quedaría en Aragón para afrontar sus primeros años con la entidad de La Romareda, que por entonces entrenaba y jugaba en el extinto campo de Torrero.

A partir de entonces, fiel a su palabra, Enrique Yarza jugaría siempre para el Zaragoza. Aquel hombre de ley que ya se había acostumbrado a los aires maños, se preparó para entrar en la historia del club zaragocista, al que representó hasta el final de su vida deportiva.

Tenía veintitrés años cuando pudo participar en su primer partido de Segunda División. Fue con Domingo Balmanya de entrenador y en su País Vasco natal, el 13 de septiembre de 1953. El Zaragoza visitaba el campo de Lasesarre para medirse al Barakaldo, equipo que saldría vencedor por 3-2 en un disputadísimo encuentro entre vascos y aragoneses.
Durante aquella campaña 1953\54, el meta guipuzcoano contaría con 28 apariciones al contar con la confianza del entrenador. Al año siguiente se mantendría titular en el marco de Torrero durante las primeras jornadas de Liga... Hasta que todo se torció.

El 3 de octubre de 1954, el Zaragoza recibía en su campo a la Cultural Leonesa. La escuadra zaragozana realizó un auténtico desastre de partido, y en especial el bueno de "Chicharri", que además de encajar cuatro goles, él mismo sería autor de uno en propia puerta bastante ridículo.

Aquella hecatómbica actuación le haría perder la titularidad durante un buen tiempo. Tuvo que verse como suplente de Pedro Las Heras mientras el equipo alcanzaba el ascenso a Primera División, en la que armado de paciencia, el meta vasco lograría debutar al año siguiente.
Y así fue. El 28 de octubre de 1956 volvería a ocupar la portería del conjunto zaragozano. En el Campo de La Victoria, ante el Jaén, Yarza sorprendería a todos con increíbles paradas que servirían para que su equipo se llevase una victoria a casa por la mínima.

Pese a su buen debut en la máxima categoría, Enrique siempre estaría a la sombra de Las Heras. Eso sí, muchos siempre le decían que acabaría siendo un gran portero, y a base de constancia el tiempo le daría la razón, pues con 29 años volvería a ganarse la titularidad para el curso 1959\60.

Yarza se calzaría bien los guantes para entrar en la época más dorada del Real Zaragoza, para vivir unos años que serán irrepetibles. En 1964 llegarían los títulos de par en par. Un Zaragoza dirigido por Antoni Ramallets, se adjudicaría los títulos de la Copa de Ferias y la Copa del Generalísimo.
Aquellos serían los primero títulos del club maño, que por entonces ya jugaba en un flamante estadio de La Romareda. Serían los primeros, pero no el último de Yarza, que en 1966 alzaría una nueva edición de la Copa tras vencer a un poderoso Athletic de Bilbao.

El gran Yarza hace una maniobra espectacular durante uno de sus 221 partidos en Primera División.

- Parecía que la carrera de Enrique Yarza nunca se iba a terminar. Tenía casi 39 años cuando una lesión en el tendón de Aquilés le obligó a abandonar la práctica del fútbol. Tras aquella fatídica temporada 1968\69 y más de tres lustros dedicados a su Real Zaragoza, el meta vasco colgaría los guantes.

El siempre añorado "Chicharri" conoció cuatro presidentes, trece entrenadores y 140 compañeros, entre ellos 20 guardametas que compitieron con él por un puesto. Para tanto daría la extensa carrera de este fenomenal cancerbero que falleció en su tierra natal un 1 de agosto de 2001. Como no podía ser de otra manera, La Romareda guardó un respetable minuto de silencio antes de un partido de Liga entre Zaragoza y Sevilla.

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