lunes, 4 de febrero de 2019

De cerca: Ugo Gostisbehere.



- Seguro que en Ibaigane han llegado a recibir muchos informes sobre este jugador que de momento no ha llegado a jugar en la Ligue-1 francesa. Obtuvo formación en uno de los clubes más históricos del país vecino. Con el Girondins de Burdeos empezó su carrera tras destacar en algunos equipos de Biarritz, aunque nunca dio el salto al primer equipo.
Se marchó de Francia para probar suerte en Corea del Sur, donde encontró acomodo en el Gimhae City. Sin mucho que destacar en este club, regresó a casa y pasó por el Trélissac, de donde llegó a Stade Bordelais en 2015. Actualmente tiene 27 años.

Ugo Gostisbehere es definido como un jugador de pura raza vasca. Nació en Biarritz (Lapurdi) el 10 de junio de 1992. Precisamente en su localidad natal empezó a jugar de manera amateur, poco antes de ser descubierto por los ojeadores del Girondins de Burdeos.

Con apenas veinte años, Gostisbehere asciende al equipo filial. Tras un largo periodo de formación, al jugador le llega la posibilidad de progresar en uno de los clubes más importantes de la liga francesa. Su calidad no pasaría desapercibida para los coordinadores de la entidad azulona.
Prácticamente es un comodín. Su puesto es el de lateral diestro, aunque perfectamente puede jugar como central o ligeramente más adelantado, como mediocampista de contención. Es un jugador de perfil defensivo, bregador, rápido y con buen manejo del balón. Por ponerle alguna pega, quizás debería atreverse a tirar a puerta con más confianza.

Para el filial de Girondins jugó durante tres temporadas. Ya desde su primer año se ganó la titularidad y la confianza del entrenador, llegando a debutar en la CFA durante el curso 2011\12, en la que dejaría 24 apariciones compitiendo a muy buen nivel.

Durante los siguientes años como miembro del club de Gironda, Ugo se mantuvo como un pilar del equipo, alternando varias posiciones defensivas otros 52 partidos en los que además marcó dos tantos. Visto su potencial, varios clubes preguntarían por el zaguero de Biarritz.
Sin sitio en el primer equipo del Girondins, Gostisbehere comienza a estudiar las ofertas que había recibido. Desde Corea del Sur llegaría una muy suculenta, la que le haría viajar al continente asiático para emprender su primera aventura exótica en el fútbol coreano.

Gostisbehere fichó por el Gimhae City a finales del mes de julio de 2014. Sorprendido por la cultura del pueblo asiático, sus costumbres y la timidez de la gente, el lateral vasco-francés inició una corta etapa fuera de su país, de momento la única y en vedad poco duradera.

Estuvo poco más de cuatro meses en Corea del Sur, sin mucho que destacar sobre su estancia allí en lo que al deporte se refiere. En enero de 2015 retornaría al viejo continente para fichar por el Trélissac otro modesto club francés con el que tuvo que empezar desde cero tras finalizar la temporada con el Gimhae. De Corea se trajo muchísimas anécdotas.
Volvería a competir en la CFA para completar el curso 2014\15. En su corta estancia con la escuadra de Trélissac, el zaguero participó en trece partidos cumpliendo como titular. Al término de la campaña, Ugo decidiría regresar a Burdeos, ciudad que considera su segunda casa.

Ugo se reencontró con viejos amigos en el Stade Bordelais, un equipo afamado por su departamento de rugby y afiliado del Girondins de Burdeos. Sus primeras intervenciones con el club de Le Bouscat fueron en enfrentamientos de la Copa francesa, en la que disputó dos partidos antes de estrenarse en la CFA 2, de la que pasaría a competir en la National 2.

Tras jugar para el equipo filial del Girondins de Burdeos, Gostisbehere probó suerte en Corea con el Gimhae.

- Ugo Gostisbehere sigue sumando partidos con el Stade de Bordelais, entidad en la que acumula su cuarto año sin haber rendido al nivel esperado. Aún así, este es el camino más rápido para poder acceder al Girondins de Burdeos, evidentemente, el club más poderoso de la ciudad. Durante la presente campaña 2018\19 ha perdido bastante protagonismo en la escuadra de Sainte-Germaine.

La pena es que le siguieron de cerca algunos ojeadores de equipos vasco, incluso del Athletic de Bilbao. Tal vez ese era el sueño de un jugador que se siente vasco, poder aterrizar en la Liga Española. Al menos puede presumir de haber conocido el fútbol asiático con el Gimhae.

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