- Este polivalente ha formado parte de algunos clubes principales de Euskadi: Real Sociedad, Éibar y Athletic de Bilbao. También ha jugado para otros como el Lemona, Hernani y Real Unión. Podríamos decir que su experiencia más lejana fue representar al Cartagena, aunque también militó en el Mirandés.
Gorka Kijera Salaberría estuvo apunto de debutar en Primera con el Éibar, con el que logró el histórico ascenso a la categoría. Sin embargo, y lejos de asomarse a la élite del fútbol español, la carrera del zaguero guipuzcoano parece haberse estancado en el Mirandés.
Su posición natural es la de lateral zurdo, aunque muchas veces le hayáis podido ver desempeñándose como defensa central. Desde luego no le faltan condiciones, ya que es el típico vasco con mucha garra, trabajador, aguerrido y comprometido en toda tarea que desempeña. Es zurdo y muy veloz, toda una lapa para aquel que ose colarse por su zona defensiva.
Kijera nació el 26 de mayo de 1986 en Hernani (Gipuzkoa). En su localidad natal empezó a jugar al fútbol para después ingresar en la cantera de la Real Sociedad. Sus inicios formativos fueron un tanto ajetreados, pues salió de la cantera txuriurdin para retornar al Club Deportivo Hernani, de donde pasaría al Lemona de cara a la temporada 2007\08.
Participó en sus primeros compromisos de la Segunda B con el club vizcaíno, el cual abandonaría tras 26 apariciones para después trasladarse a Lezama. Allí empezaría a jugar para el Bilbao Athletic, donde no tuvo mucho protagonismo al contar con cuatro apariciones a las órdenes de Enrique Liñero.
Una vez más volvería a su Hernani natal, dejando Bilbao alegando ciertos problemas personales que nunca fueron desvelados. Kijera empezaría de nuevo con el club de su pueblo, del que partiría rumbo a Éibar para incorporarse al club azulgrana en 2009.
Con el Éibar viviría dos etapas bien diferentes. En sus dos primeros años ayudó en la lucha por el ascenso a la categoría de plata teniendo bastante regularidad con Javier Mandiola en el banquillo de Ipurúa. Sin suerte en el objetivo, Gorka abandonaría el club para fichar por un equipo de Segunda, el Cartagena.
En su corta trayectoria con el equipo murciano lograría debutar en Segunda División, hasta ahora su techo deportivo. Dicho estreno llegaría el 9 de octubre de 2011, en un enfrentamiento liguero contra el Gimnàstic de Tarragona que acabó con empate a cero en tierras catalanas.
Participó en bastantes partidos de Segunda, categoría que el Cartagena no podría conservar al producirse su descenso al término de la campaña 2011\12. Después de desvincularía de la entidad de Cartagonova para jugar una temporada en el Real Uníon de Irún, del que retornaría al Éibar.
Ya conocido por su pasado armero, Gorka Kijera regresaría para convertirse en uno de los héroes de aquel equipo dirigidos por Gaizka Garitano que lograrían el primer ascenso del Éibar a la alta élite del fútbol español. El de Hernani cumpliría aquel ejercicio 2013\14 con 27 apariciones ligueras.
Tras aquel sorprendente ascenso a Primera, Kijera haría la pretemporada a las órdenes de Garitano, pero cuando el mercado veraniego se ponía interesante, el club eibarrés acabaría traspasando al joven zaguero guipuzcoano, que a partir del verano de 2014 jugaría para el Mirandés.
Gorka se quedaría a las puertas de conocer el fútbol profesional en su más altísimo nivel. Se perdió el histórico debut de un Éibar engrandecido que ya no contaría con el lateral en sus filas. Pese a ello, el jugador se marcharía a la provincia burgalesa con la esperanza de cubrir el mismo reto con su nuevo club.
Gorka Kijera durante un partido con el Éibar, equipo con el que consiguió un histórico ascenso a Primera. |
- Lejos de lograr otro ascenso con el equipo de Ebro, Gorka Kijera se limitó a competir en la categoría de plata mientras el equipo pudo mantener el tipo en la misma. Llegó a cumplir 143 partidos en Segunda, pero en 2017 el Mirandés descendería a Segunda B tras un mal año en el que ni cuatro entrenadores pudieron enderezar el rumbo del equipo.
Aún en el Mirandés, Kijera afronta su quinta temporada en el club soñando con el retorno a Segunda División, ya que rozar el de jugar en Primera es algo prácticamente imposible. Al menos con el Éibar tuvo el honor de conseguir una auténtica hazaña, eso ya no se lo quitará nadie.
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