martes, 29 de enero de 2019

¿Te acuerdas de Xanín Dorronsoro?



- Una terrible enfermedad le privó de disfrutar de la mejor fase de su vida. Juan Dorronsoro Landa "Xanín", no tuvo una corta carrera por ser un mal futbolista o por descuidar su disciplina, sino porque un mal día se le detectó una leucemia que le apartaría de los terrenos de juego y posteriormente le arrebataría los últimos latidos de corazón.
Falleció joven, con veintidós años. Hasta entonces solamente tuvo tiempo a jugar en Segunda con Éibar y Sabadell, y pudo saborear las dulces mieles de la máxima competición como jugador del Real Betis, su último equipo a la fuerza.

Este delantero nació el 2 de noviembre de 1937 en Bayona (Iparralde). Era de familia humilde y pasaba los ratos libres jugando al balón. Solía ejercitarse en la playa de La Concha (San Sebastián) soñando con convertirse en un futbolista por pasión al deporte.

Encontró acomodo en la S.D. Éibar, un humilde club que por entonces cumplía con su cuarta temporada en Segunda División. Ahí es donde se daría a conocer el jovencísimo punta vasco-francés, siendo descubierto por Antonio Corral, entrenador armero por aquella época.
Tuvo su primera aparición en la categoría de plata en el mes de octubre de 1956, en un partido frente al Avilés en Ipurúa. Los guipuzcoanos no pasarían del empate ante la escuadra avilesa, que se llevaría de tierras vascas un valioso empate a uno.

Pasaron unas jornadas y Xanín reapareció en una derrota frente al Sestao, actuación previa a su primer tanto como armero, gol que serviría para derrotar en casa al Sporting de Gijón por un sufrido 2-1. Así se ganó la titularidad el joven bayonés.

Aún marcaría cinco goles más en aquella campaña 1956\57, siendo más destacada su actuación frente al Girona en Ipurúa, partido en el que lograría un doblete pese a que su equipo salió derrotado de su feudo por 2-4. El atacante cerraría aquel curso con 25 apariciones y recibió una oferta por parte del Sabadell, el que sería su siguiente destino.
Con el equipo arlequinado sorprendería a muchos por su facilidad goleadora. En su primera temporada anotaría nada menos que dieciséis tantos, confirmando su buen momento de forma al año siguiente registrando doce dianas más.

Xanín tuvo un destacado papel en el Sabadell, participando en un total de 53 partidos que sirvieron para hacer 28 goles en la categoría de plata. Sus números gustaron mucho en Sevilla, y con veintiún años se trasladaría al sur de España para cerrar su fichaje por el Real Betis Balompié.

Gracias a su esfuerzo, la tenacidad, su acierto de cara al gol y su incorporación a la entidad bética, Xanín se preparaba para debutar en Primera División. Dentro del equipo de Enrique Fernández, el vasco-francés encontraría acomodo para ganarse la titularidad.
El 20 de septiembre de 1959 se produciría su estreno en Heliópolis, en un duelo deportivo ante la U.D. Las Palmas. Aquel día formaría delantera con el argentino Alfredo Hugo Rojas, autor de uno de los tantos béticos que proporcionarían la victoria de los sevillanos ante la escuadra canaria (2-1).

Fue temido aquel tándem atacante con el argentino, jugador con el que Xanín se entendía a la perfección y con el que haría grandes partidos, eso sí, mientras pudo seguir compitiendo. En la tercera jornada sentenciaría un partido frente al Valencia con el que sería su primer gol como jugador del Betis. El equipo ché se marcharía de Heliópolis con una derrota por 2-0.

Tendría tiempo a marcar tres goles más para el equipo verdiblanco, escogiendo como víctimas de su talento a equipos como el Zaragoza, Oviedo y Athletic de Bilbao. Jugaría su último partido con el Betis el 3 de enero de 1960, en una trabajada victoria ante el poderoso Real Madrid (1-0).

Alineación del Real Betis durante la temporada 1959\60, con Xanín el segundo por la izquierda (agachado).

- El éxito de Xanín concluiría bien pronto. En el mes de febrero de 1960 se quejaría de unas extrañas dolencias que derivarían en un terrible diagnóstico narrado por los medios de la época. El extremo diestro del Betis dejaría el fútbol a la fuerza por una infección hepática, la que le hizo retornar a San Sebastián para vivir sus días finales postrado en una cama.

La leucemia le vencería muy joven, con tan solo veintidós años de edad y en el mejor momento de su vida. Tras una larga pelea con aquella enfermedad, Xanín moriría el 9 de agosto de 1960 en aquella ciudad en la que dio sus primeras patadas al balón. La vida fue muy injusta con el de Iparralde.

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