- Hubo un tiempo en el que un filial podía ser mejor que su equipo profesional. Eso ocurrió en los comienzos de la década de los sesenta, una época en la que la Real Sociedad no pudo soportar la competitividad de la Liga Española pese a reforzarse con grandes futbolistas.
Justo por aquellos años, el Sanse se hallaba en Segunda División, y en su plantilla figuraban nombres como el de Miguel Martiarena, Alberto Ormaetxea, Dionisio Urreisti, Mendiluce, Celarain y nuestro protagonista de hoy: Pedro María Zugasti Cendoya.
De antepasados vascos, este defensor nació el 10 de julio de 1938 en la localidad francesa de Poitiers, cercana a la extensa región de Aquitania. Los artículos de aquella época destacan a este jugador como un defensa central capaz de jugar incluso de lateral, bravo, trabajador y bastante inteligente. Cuando era niño, su familia se instaló en la ciudad de San Sebastián.
Consta que uno de los primeros equipos para los que jugó fue el histórico Real Unión de Irún, con el que llegaría a Segunda División a finales de los cincuenta. Por entonces contaba con diecinueve años de edad, listo para conocer la categoría de plata a las órdenes de Joseba Elizondo.
Debutaría en la categoría de plata el 28 de septiembre de 1958. Fue en un partido frente al Racing de Ferrol en el Stadium Gal. Los unionistas, con Zugasti en la línea defensiva, vencieron a los gallegos por 2-0 en un disputadísimo partido. Buen comienzo para el Real Unión.
Zugasti fue asumiendo la titularidad durante el resto del curso 1958\59, en un equipo que iría cayendo a los puestos de descenso según se acercaba el final del campeonato. El de Poitiers no jugaría el último partido de liga cuando su equipo se jugaba la vida, ya que sería expulsado anteriormente, en un partido con derrota en Sabadell.
Con el Real Unión descendido, Pedro Mari pasaría a fichar por la Real Sociedad, que por entonce contaba con Salvador Artigas de entrenador. En su primer año como txuriurdin no tendría sitio en la primera plantilla, por lo que pasaría directamente a jugar para el San Sebastián C.F.
El filial hizo una sensacional campaña 1959\60 que acabaría con el equipo ascendiendo a Segunda División. Zugasti fue uno de los jugadores más regulares del equipo, y además se sabe que durante aquel año llegó a jugar algún amistoso con el equipo de mayores. Lamentablemente, y pese a merecerlo, el de Poitiers jamás debutaría oficialmente.
Su destino era representar a un sorprendente Sanse que entusiasmó por su gran fútbol, sencillo, eficaz. La primera temporada en la división de plata sería más bien de paso, con un equipo compensado que lograría la permanencia de forma holgada.
El zaguero de origen vasco seguiría sin contar con oportunidades con la primera plantilla, que a partir del curso siguiente contaría con la presencia de Baltasar Albéniz en el banquillo de Atotxa. Mientras el Sanse iniciaba su prometedora trayectoria en Segunda, la Real de los Simonsson, Larrauri, Azcárate e Irulegui -entre otros- iba cayendo en picado hacia los puestos de descenso.
La planificación del equipo txuriurdin fue desastrosa, con una Real que acabaría en el decimoquinto lugar de la tabla, es decir, penúltima. Aquello supondría el descenso administrativo del Sanse, ya que no era legal que filial y primer equipo coincidiesen en la misma categoría.
Por su parte, el Sanse quedó clasificado entre los cuatro primeros de la Segunda División. Zugasti cumplió en aquel fatídico ejercicio 1961\62 participando en una quincena de apariciones. La clasificación y el juego reflejado en el campo demostraba que el Sanse era mejor que la Real, pero tuvo que descender.
Imagen del San Sebastián de los años sesenta, con Pedro Mari Zugasti (el segundo de pie por la izquierda). |
- Muchos de aquellos componentes del equipo filial lo hubieran hecho mejor que los profesionales. Por desgracia, Pedro Mari Zugasti nunca entró en los planes de los diferentes técnicos que pasaron por la Real Sociedad en aquellos comienzos de los sesenta.
Tras el descenso administrativo del Sanse, poco más se pudo saber de Zugasti. Aguantó un poco más jugando para el equipo menor de la Real Sociedad, pero jamás reaparecería en la Segunda División española, y mucho menos en Primera. El defensa de Poitiers falleció muy joven, el 11 de junio de 1967, con tan solo 28 años de edad.
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