De cerca: Gaizka Toquero.

- Empezó jugando para el Deportivo Alavés en sus secciones menores, pero solamente jugó dos campañas para el primer equipo, varios años después para competir en Primera y Segunda División. En Bilbao fue un ídolo en sus siete años como rojiblanco, y también jugó para otros equipos como el Éibar, Sestao River, Lemona y Real Zaragoza.

Aún está en activo a sus 34 años, pues Gaizka Toquero Pinedo nació el 9 de agosto de 1984 en Vitoria-Gasteiz (Araba). Juega como extremo derecha, interior, delantero y no es problema para el jugar por la otra banda. No es que sea un jugador muy técnico, pero es un tipo con gol y un incansable bregador que no da un balón por perdido.
Celebra sus goles como John Cena, un luchador de la WWE a quien emula pasándose la mano por la cara repetidas veces sujetándose el codo. De esta manera, el atacante gasteiztarra dedica todos sus tantos acordándose de sus amigos.

Dio sus primeros pasos en los niveles menores del Alavés, pasando por las categorías infantil y cadete antes de incorporarse al C.D. Ariznabarra. De ahí pasaría al equipo juvenil de la Real Sociedad, de donde retornaría al equipo "patatero" para acabar jugando en el filial directo.

Tras jugar en Segunda B con el Alavés B, Lemona y Sestao River, Joaquín Caparrós se fijó en su talento y el Athletic decidió ficharlo, aunque no sería para jugar desde el principio, puesto que se marcharía cedido al Éibar, por entonces en Segunda División.
La temporada 2008\09 fue un auténtico desastre para los de Pouso y el equipo armero acabaría perdiendo la categoría. Toquero cumplió su etapa con el conjunto eibarrés anotando cuatro tantos en dieciséis partidos, y con esas cifras retornó a Bilbao en el mercado invernal.

En el Athletic vivió sus mejores momentos como futbolista. Primero vino su debut en la máxima categoría. El 4 de enero de 2009 saltaría al campo de San Mamés como suplente de Ion Vélez, en un partido en el que el conjunto bilbaíno no pudo pasar del empate ante el Espanyol (1-1).

El bajo rendimiento de Ion e Íñigo Vélez serviría para que Caparrós confiase más en el gasteiztarra, que poco a poco iría teniendo más minutos en un equipo con aires europeos. Su excelente rendimiento vino muy bien para afrontar tres duras competiciones, y en Liga llegó a sumar 31 partidos en los que anotó ocho tantos.
Gaizka se ganó la titularidad formando ataque con Muniain, Javi Martínez y Fernando Llorente. El Athletic vivió un gran momento y se metió en la final de la Europa League, pero el Atlético de Madrid no dio opciones a los leones de Marcelo Bielsa que se impusieron por 3-0.

Poco a poco fue perdiendo peso dentro de la plantilla. Con Ernesto Valverde no tendría el mismo protagonismo que con otros entrenadores, y tampoco tuvo mucha suerte con las lesiones. Ya con más de cien partidos en Primera División, Gaizka Toquero abandonaría la disciplina rojiblanca en el verano de 2015 para volver al equipo de su ciudad.

Gaizka volvió al Deportivo Alavés y lo hizo para ayudar en el retorno a la máxima categoría. Sus nueve tantos sirvieron para que el equipo consiguiera su ansiada meta, y gracias a ello podría volver a jugar en Primera, pero esta vez como jugador alavesista.
Tan solo permaneció un año más en Vitoria. Toquero disputó un total de 23 partidos ligueros en los que únicamente dejaría un gol ante el Valencia en Mestalla. También dejó su huella goleadora en la Copa del Rey, haciendo dos goles en el choque ante el Gimnàstic de Tarragona, en el que el Alavés se impuso por 0-3. Aquellos fueron sus últimos goles como patatero.

Gaizka Toquero volvió a Gasteiz para jugar dos años en el Deportivo Alavés, con el que regresó a Primera.

- El 4 de agosto de 2017 se anunció su fichaje por el Real Zaragoza, equipo de la Segunda División por entonces. En su primera campaña anotó cuatro goles y participó en bastantes partidos como zaragocista, pero ya en el curso siguiente no tendría minutos, ni con Idiakez, ni con Alcaraz y tampoco con Víctor Fernández.

Es posible que Toquero piense ya en la retirada. La falta de minutos y las lesiones son el gran impedimento para que resurja la figura de un atacante que vivió sus mejores años con el Athletic de Bilbao. Fue su etapa más dorada en el mundo del balompié.